MUTILACIÓN

Relato de Asha Ismail

La mutilación genital femenina difiere entre regiones y culturas, y hay algunas formas que implican riesgos potencialmente mortales para la salud. En todos los casos, viola los derechos de las niñas y las mujeres… Leer artículo completo

En Somalia, la nueva Constitución prohíbe la mutilación genital femenina y la define como «práctica habitual, cruel y degradante que equivale a la tortura». Pese a ello, muchas mujeres serán mutiladas… sólo la educación en cada país conseguirá su erradicación.

Francisco Magallón – España, 2013

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La mutilación genital femenina difiere entre regiones y culturas, y hay algunas formas que implican riesgos potencialmente mortales para la salud. En todos los casos, viola los derechos de las niñas y las mujeres. Todos debemos incrementar esfuerzos –los gobiernos, los profesionales de la salud, los líderes comunitarios, lideres religiosos los padres y madres, y las familias– para eliminar esta práctica.

Al menos 200 millones de niñas y mujeres que viven en 30 países han sufrido la mutilación genital femenina, según informe reciente publicado por distintas organizaciones.

Me llamo Asha y soy  la fundadora de la organización Save a Girl Save a Generation. Tengo 47  años y naci en  Garissa, una ciudad de Kenia, cercana a la frontera con Somalia.  En Kenia ,  y con tan solo 5 años de edad, fui víctima de la Mutilación Genital Femenina, un hecho que me dejó marcada física y psicológicamente en mi vida. Cuando tenía 20 años mi familia me caso con un hombre somalí que no conocía y fui  a vivir  con él en  Somalia, donde tuve una hija. Desde que mi niña nació, jure que no le pasaría jamás lo que a mi paso y que la protegería, aunque eso me pudiera costar la vida.

En mi vida, he tenido la oportunidad de viajar y he vivido en Somalia, Kenia, Ecuador y Tanzania, mi último destino antes de llegar a España. En Dar es Salaam (Tanzania), comencé mi labor informativa y de sensibilización sobre las terribles consecuencias de la mutilación genital femenina y me reuní con los líderes religiosos. Además, organizaba reuniones con hombres y mujeres para hablar de un tema que hasta entonces era tabú. Había nacido la feminista que soy hoy

Mi  lucha contra la mutilación empezó por mi entorno (familia, amigos y vecinos). Mi labor de concienciación y el boca a boca, persona a persona, ha conseguido salvar a muchas niñas de esa barbarie, aunque todavía queda mucho por hacer.

Con Save a Girl Save a Generation, mi objetivo es conseguir mayor difusión para poder seguir salvando generaciones. Porque creo firmemente que , «salvar a una niña significa salvar a toda una generación».

Asha Ismail