CRIMEN SIN CASTIGO

Relato de Francisco Magallón

Veintiún años después de ser adoptada, tras el rápido abandono por parte de su madre biológica que la entregó en manos de una vecina, Mindy encuentra la muerte poco después de denunciar su situación ante las cámaras del programa “En Portada” de TVE. Una tarde de julio de 2009, Esteban, su exmarido, con quien, confiada, había quedado junto al rio para hablar para hablar, le cambió la vida con un cuchillo …Leer artículo completo

Esteban, su marido, le cambió la vida con un cuchillo. Su coraje y un hijo de corta edad le llevaron a rehacer su vida…Mindi murió poco después de denunciar su situación…

Francisco Magallón – Guatemala, 2010

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Veintiún años después de ser adoptada, tras el rápido abandono por parte de su madre biológica que la entregó en manos de una vecina, Mindy encuentra la muerte poco después de denunciar su situación ante las cámaras del programa “En Portada” de TVE.

Una tarde de julio de 2009, Esteban, su exmarido, con quien, confiada, había quedado junto al rio para hablar para hablar, le cambió la vida con un cuchillo…

“Cuando yo me volteé, vi que iba con el cuchillo, sólo sentí el primer filazo que me dio en la frente, de ahí ya no sentí nada. Como a las seis de la tarde volví a sentir, no tenía mi rostro y estaba desnuda. Empecé a gritar y me echaba agua en la cara, pensando que era una pesadilla. Quería despertar de esa pesadilla, pero me di cuenta de que era realidad lo que me había pasado.

Casi toda la gente de allá, donde yo vivía con él, me dice que yo tuve la culpa, que yo soy basura, que soy esto, que soy lo otro…

La idea de él era matarte, me dice mi mamá. Sí, le digo yo, mejor me hubiese matado y no dejado así, pero afortunadamente no lo llegó a hacer.

Le digo yo a mi mamá, que si no fuera por ella y por el niño, que si ellos no hubieran estado, ya me habría matado”.

Su coraje y un hijo de corta edad le llevaron a rehacer su vida, pero todo fue en vano. Ni siquiera seis operaciones en México consiguieron devolver el rostro a Mindy para evitar el rechazo y hasta la burla.

“Así no me quiero quedar. Quiero tener mis labios y mi nariz… no me importan las cicatrices, quiero tener mi cara”.

El 17 de diciembre de 2010, días después de que denunciara su situación, Mindy desapareció. Una llamada que le ofrecía ayuda le hizo salir de casa por última vez. Un mes más tarde, su madre adoptiva la reconoció en el registro fotográfico de la morgue de la ciudad de Guatemala. Según la autopsia, fue amarrada, golpeada, torturada y asfixiada hasta la muerte. Mindi había sido enterrada en una fosa común sin identificar en el cementerio de La Verbena.

Ella es una, entre tantas mujeres, que pierden la vida en Guatemala a manos de sus maridos, hermanos, vecinos… hombres crueles que agreden, violan, mutilan y matan con total impunidad. Violencia ciega en un destino turístico del que, desgraciadamente, no se cuenta todo en los catálogos de las agencias de viaje. Junto a los espléndidos paisajes, conviven duras historias de personas, especialmente mujeres que sufren ante nuestra indiferencia.

Guatemala es, en proporción a su población, el país con más feminicidios de América y el segundo del mundo.

 

Francisco Magallón