SUPERVIVIENTE EN LUCHA

Relato de Cristina Sánchez

Marie Eramithe Delva y Malya Villard Appolon fundaron KOFAVIV en el año 2004, casi una década después de conocerse gracias al Comité de Mujeres de Lucha por la Justicia en Haití. Ambas compartían historias de activismo político contra la dictadura militar y ambas eran supervivientes de violencia sexual en un país en el que el estigma, las amenazas y la ausencia de apoyo legal protegían a los perpetradores y desamparaban a sus víctimas … Leer artículo completo

Terremotos, inundaciones, huracanes, agua y lodo…el rastro de la desolación. Los desastres naturales aumentan la vulnerabilidad ante el abuso, la violencia y la explotación sexual…en muchos casos un recurso aara comer.

Francisco Magallón – Haití, 2011

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Marie Eramithe Delva y Malya Villard Appolon fundaron KOFAVIV en el año 2004, casi una década después de conocerse gracias al Comité de Mujeres de Lucha por la Justicia en Haití. Ambas compartían historias de activismo político contra la dictadura militar y ambas eran supervivientes de violencia sexual en un país en el que el estigma, las amenazas y la ausencia de apoyo legal protegían a los perpetradores y desamparaban a sus víctimas. De sus propias experiencias nació la Comisión de Mujeres Víctimas para las Víctimas (KOFAVIV) que abrió su primer centro médico en 2005. En 2010, esa clínica y sus oficinas se vieron desbordadas. El terremoto redujo a escombros la capital del país pero también hizo aflorar una realidad hasta entonces sepultada, la de la violencia contra las mujeres. Miles fueron abusadas en los improvisados campos de desplazados diseminados por la ciudad. Visité muchos de ellos en los primeros días posteriores al seísmo pero no fue hasta cinco años después que conocí a Josie Philistin, superviviente de tres asaltos sexuales, ayudando ahora a otras mujeres que han pasado por su misma situación.

En un restaurante de Puerto Príncipe, ciudad limpia ya de escombros, descubrí junto a ella que otras grietas menos visibles aún no habían sido reparadas. «Adolescentes, niñas e incluso bebés han sido violadas tras el terremoto y la impunidad en Haití es casi institucional» Y como muestra, la historia de un bebé violado por un hombre de 53 años. KOFAVIV ayudó a la familia a llevar su caso ante la justicia pero el juez dejó en libertad al agresor y acusó a los padres de negligencia.

Porque esa es la labor de KOFAVIV, la de acompañamiento. Con ellas van al hospital, a la policía, para que no sean estigmatizadas, para que reciban el trato adecuado. Cada año atiende, de media, a unas 400 mujeres. Josie me puso en contacto con una de ellas con un compromiso, el del anonimato. «Todo cambió después del terremoto. Me quedé sola, obligada a vivir en un campo de desplazados. Eran tres y llegaron a mi tienda armados con cuchillos y pistolas. Me golpearon, no podía hablar ni gritar. Aunque, de haberlo hecho, nadie me hubiera ayudado» Una superviviente a la que se le iluminaba la cara al hablar de la organización que «me ha hecho sentir, de nuevo, un ser humano y gracias a la que he recuperado mi vida». KOFAVIV le asignó apoyo psicológico, legal y una casa de acogida.

Las supervivientes de KOFAVIV luchan por la justicia, apoyan a las víctimas para que den un paso al frente, reclaman el papel de las mujeres en la toma de decisiones y sueñan con el día en el que no tengan que enseñarlas a protegerse.

 

Cristina Sanchez.